El triatlón es uno de esos deportes admirado por todos pero practicado por pocos. Nadar, montar en bici y correr, tres disciplinas sin descanso que se mueven en la frontera entre la locura y la superación. España ha sido una de las grandes dominadoras de la corta historia de este deporte.

Sin embargo, nada hubiera sido lo mismo sin la labor de un triatleta gallego de Ordes que, con apenas quince años, se convirtió en el pionero nacional del que es considerado como el deporte más duro del mundo. La vida de Iván Raña Fuentes es la de un enamorado de la práctica deportiva que se ha guiado por un principio esencial y cada vez más olvidado: hacer lo que te hace feliz en cada momento. Lo que empezó siendo un sueño lejano, se convirtió en un éxito sin precedentes.

Su primer contacto con el triatlón llegó a los 15 años, en 1994. Por aquel entonces esta disciplina era casi desconocida en España. Pasó una época de viajes por toda la península, durmiendo en tiendas de campaña y viviendo los entrenamientos y las competiciones como una auténtica aventura.

Su evolución fue muy rápida, tanto que pronto pasó a formar parte del equipo nacional, destacando en varios Campeonatos del Mundo Júnior.

Ya en categoría absoluta, tras cosechar medallas en varios Europeos y Mundiales, participa en los Juegos Olímpicos de Sidney en el 2000, Atenas en 2004 y Pekín en 2008. La cima de su carrera como triatleta la alcanza en 2002, cuando se proclama campeón de España, de Europa y mundial, corona triple al alcance de muy pocos.

En ocasiones tapado por la enorme sombra de Javier Gómez Noya, mucha gente desconoce que Raña jugó un papel clave en la carrera del pentacampeón del mundo. En sus comienzos ambos solían entrenar juntos, siendo Iván quien aconsejaba a Javier para ayudarle a mejorar. Este magnífico triatleta, merece sin duda un espacio en #SantanderTriathlonSeries.