Veni, vidi, vinci… En #123acorrer te contamos cómo el gran Abebe Bikila llegó, corrió y ganó. Llegó a los JJOO de Roma 60 sin hacer ruido, hasta ese momento ningún africano había ganado la maratón. Corrió descalzo, pues unas inoportunas ampollas de última hora le hacían imposible calzarse unas zapatillas. Ganó como nadie lo había hecho hasta ese momento: bajando el récord del mundo en casi ocho minutos… “Barefoot” Bikila forjó su leyenda justo en el escenario en el que años atrás “Il Duce” Mussolini había traído grandes riquezas desde su Etiopía recién expoliada.

Vuelta a Etiopía como héroe nacional, condecorado por el emperador, Bikila volvió a ganar cuatro años después el oro olímpico (esta vez con zapatillas) en Tokyo 64… acompañado de otro récord del mundo. Sólo el mal de altura en México 68 le impidió ser oro por tercera vez.

Como muchas veces ocurre con los mitos, la tragedia fue a buscarle un año después, cuando un accidente de coche le deja tetrapléjico y poco después fallece por dichas secuelas a los 41 años.