Llámala como quieras, busca la versión o edición que más te guste. “Color Run”, “Holi Run”, puedes definirlo de diferentes formas, pero es evidente que estamos ante la versión más “cool” del running popular en estos momentos.

La “carrera de colores” tiene un origen muy peculiar. Este espectáculo tan visual se basa en costumbres de la cultura hindú. En ella, el culto al color es una característica común en diversas celebraciones.

Estas pruebas en concreto se inspiran en la celebración del festival “Holi” de la India, un evento en el que se conmemora el triunfo del bien sobre el mal entre los dioses hindúes, y se desarrolla al principio de la primavera. En esta fiesta la multitud se arroja polvos de colores que provienen en su origen de plantas medicinales.

El desarrollo de estas “carreras de colores” tan de moda es muy simple. Normalmente se trata de recorrer una distancia corta (suelen ser 5 km) y vestir preferiblemente con ropa blanca para que la lluvia de color que te va a caer encima quede aún más espectacular.

Mientras los participantes corren, andan o bailan al ritmo de una riada de watios de sonido “dance”, la organización inunda cada kilómetro con una cantidad de color difícil de imaginar. Una vez llegas a meta, empieza una fiesta presidida por una explosión de luz producida por los polvos de colores que cada participante previamente ha recibido, y son lanzados al aire al unísono provocando una nube arcoíris.

Es evidente que el resultado visual es increíble. Es el momento de las fotos, los “selfies”, los vídeos para compartir con los amigos. Una forma de running muy original.

En definitiva, una carrera que tiene ya más de 300 versiones por todo el mundo, una prueba visualmente espectacular, en la que lo menos importante es el orden de llegada a la línea de meta.  Una carrera para compartir con amigos y familiares. Una prueba sin duda particular, que merece su espacio en la sección de carreras peculiares de #123acorrer.